¿Cómo alimentarnos de acuerdo a nuestra edad?

La alimentación es un factor muy importante para poder realizar nuestras actividades durante el día de una manera satisfactoria.  Por eso que las necesidades nutricionales cambian para cada uno de nosotros.

Una alimentación saludable a lo largo de toda la vida debe ser natural, nutritiva y equilibrada. No obstante, cada etapa tiene unas peculiaridades a las que debemos atender para comer de una manera apropiada considerando la época de la vida. Encuentra la manera de satisfacer las necesidades de nutrientes propias de cada periodo.

EDAD PREESCOLAR

Desde el nacimiento hasta que el niño va al colegio: las necesidades calóricas de los recién nacidos son muy altas, por esta razón, la leche materna constituye el alimento más importante durante los primeros meses de vida.

Durante el primer año, se produce un cambio constante en el número de ingestas de alimentos y en la cantidad y composición de la misma; el número se reduce paulatinamente y la cantidad por ingesta aumenta progresivamente a medida que el organismo va requiriendo de más nutrientes y va teniendo capacidad de digerirlos y asimilarlos. Asimismo, la composición de la dieta varía por la progresiva y constante incorporación de nuevos alimentos tales como: Carne, pescado, huevos, cereales, frutas, verduras o lácteos.

Como nota importante, durante los primeros años de vida, la alimentación tiene especial importancia por ser el periodo en el que el niño aprende a comer bien y consolida unos hábitos alimentarios saludables para toda su vida.

 

EDAD ESCOLAR

En esta etapa, los niños continúan con un acelerado ritmo de crecimiento y despliegan una gran actividad mental en el colegio y una importante actividad física derivada de la práctica de deportes o de sus juegos preferidos

El niño deberá comer 5 veces al día dando especial importancia al desayuno que estará compuesto por: Lácteos, cereales, verduras, arroz, pastas, legumbres, carne, pescado, huevos y frutas.

Es recomendable no hacer comparaciones entre niños sobre la cantidad de alimentos que consumen ni sobre el ritmo del crecimiento. Es más importante la calidad de lo que comen que la cantidad y de ello dependerá su salud futura.

 

ADOLESCENCIA

En la adolescencia aumentan los requerimientos energéticos y las necesidades de nutrientes ya que en esta etapa acontecen una serie de cambios importantes a nivel físico para la maduración sexual. También, en este momento se alcanza el pico de densidad ósea, por ello que se debe aumentar en el consumo de: Lácteos y derivados, carne y pescado, alimentos ricos en vitaminas y minerales.

No debemos olvidar que en esta etapa comienzan los desordenes alimenticios. Será importante, por ello, que una persona adulta observe los hábitos alimenticio del adolescente durante este tiempo.

 

EDAD ADULTA

Una vez superada la fase de crecimiento, las necesidades nutricionales de la persona se encaminan a reponer la pérdida de sustancias propias de su actividad física.

Es el periodo más largo de nuestras vidas en el cual un correcto estado nutricional viene dado por lo que se conoce como “dieta equilibrada” que junto con una actividad física continuada será la clave para conseguir mantener la calidad de vida y prevenir enfermedades tales como la obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol elevado o incluso la osteoporosis.

Las necesidades nutricionales en este periodo dependerán de numerosos factores como el estado físico y de salud, el gusto personal, los hábitos gastronómicos y culinarios, así como la educación

 

TERCERA EDAD

En esta etapa, el estado físico de la persona influye directamente en los hábitos alimenticios. Para su dieta es importante considerar que en muchos casos pueden presentan dificultad para masticar, disminución de secreciones digestivas y en algunos casos, enfermedades crónicas.

Las necesidades nutricionales y energéticas se establecen de forma muy genérica ya que cada persona tiene un ritmo de envejecimiento y situaciones personales diferentes (grado de apetito, ciertas enfermedades, gustos…). No obstante, generalmente lo que se produce es una disminución del gasto energético por lo que las calorías totales que se ingieren también deben disminuir, sin descuidar su aporte nutritivo.

 

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