Al escuchar la palabra “grasas” puede que lo relaciones en primer instante con algo malo o que puede ser dañino para la salud, sin embargo, no es así ya que existen diferentes tipos de grasas que pueden ser buenas o malas según el aporte nutricional. Te las compartimos:
GRASAS BUENAS
Son grasas buenas aquellas que son insaturadas y que ayudan a cuidar el corazón y regular el colesterol. Son ricas en omega 3 y 6. Existen dos tipos, las poliinsaturadas y las monoinsaturadas:
Las grasas poliinsaturadas se encuentran en:
- El pescado como el salmón, las sardinas, el arenque o el atún (todos ellos ricos en omega 3)
- Algunos aceites vegetales como el de girasol o el de soya
- Nueces o semillas de girasol
Las grasas monoinsaturadas se encuentran en:
- El aceite de oliva
- Algunos frutos secos
- El aguacate
LAS GRASAS MALAS
Las grasas saturadas y trans son las que llamamos “grasas malas”. El exceso de grasas malas en la alimentación puede ser una de las principales causas de tener los niveles de colesterol elevados y el aumento de peso
Las grasas saturadas se encuentran en:
- La mantequilla
- Las carnes grasas y embutidos
- Los quesos grasos
- La leche entera y derivados
Las grasas trans se encuentran en:
- Las grasas lácteas y en la grasa de las carnes
- Productos con grasas parcialmente hidrogenadas (alimentos altamente procesados)
- Alimentos que fueron fritos
El consumo de grasas de tu dieta debería aportar entorno al 20-30% de la energía diaria que consumes, pudiendo incluso alcanzar el 35% si la principal fuente de éstas es el aceite de oliva. Es importante que sepas que las grasas cumplen con un papel muy importante en tu alimentación, ya que constituyen una fuente de energía e intervienen en múltiples procesos de crecimiento, desarrollo y equilibrio de tu cuerpo ¡Solo tienes que saber cuál elegir!